miércoles, 4 de marzo de 2015

Parir

El suelo del caserón se ondula bajo nuestros pies, burbujea,
se tensa sin miedo:

la vida que se esconde bajo la alfombra de hule

o en el sótano o en la tierra
nocturna
que precede al barranco

sólo quiere ocupar nuestro lugar, nuestro
aullido.