domingo, 11 de enero de 2015

El milagro de la vida

El mago clava la daga en el vientre de su hermano, un ángel de dientes grises algunos años mayor. El vientre abierto se derrama sin freno ante la mirada horrorizada de la madre en el aparcamiento vacío del centro comercial.

Ella siente que sus bronquios son amapolas atrapadas en hielo y se deshacen al gritar.

La bóveda celeste se desploma dentro del hombre. El asfalto, virgen aún, se marea de sangre. El olor ahoga los puños, incapaces de contener la cascada de intestinos y peces y saliva sobre las grandes bolsas de plástico con los regalos de Navidad para los cachorros que esperan

aquí.