jueves, 20 de noviembre de 2014

Jedwabne

Nuestros vecinos nos enterraron en el bosque, ocuparon nuestras casas, araron nuestros campos y bebieron nuestro amor por Dios, comieron de nuestros animales, mearon y cagaron,

vaciándose como nunca antes,

sobre nuestra sangre y nuestras voces, los hijos y las madres, las vidas, las cenizas después del incendio.