miércoles, 15 de octubre de 2014

Aquí y ahora

Escenas de cacería en el bosque de Rumbula. Formamos —mi hermana, sus padres y hermanos, sus hijos y amigos, cada buen vecino en esta ciudad pequeña— parte del mismo lecho manso de carne y grasa, de la misma tierra fértil y ahora vencida y agria, de la misma ira del hombre entre los árboles y la piedra sin pulir.

La humedad caerá lentamente sobre nosotros, nudos que antes nos amábamos. El invierno cortará hilos de luz voraz en las costillas de mi hermana, oraciones y susurros que desaparecerán antes del verano en tormentas de sueño y hierba, moscas humeantes en la piel mordida.