miércoles, 24 de septiembre de 2014

Smolensk

Al mismo tiempo que mi madre, nuestra madre, flota a la deriva en el Pacífico, un tanque aplasta mis caderas,

un diluvio de peces de oro y vapor sueña su muerte, nuestra muerte, como si durmiéramos abrazados por primera y única vez,

coágulos de sal abrasan los párpados de mis hermanos, de luto después de la batalla.